Una persona guarda una información en su memoria. De repente, percibe otra información parecida, pero no igual, aunque con cierto grado de incongruencia. “Juega” confrontando ambas informaciones, intentando encontrar una relación, una respuesta satisfactoria a ese “acertijo”. Si no encuentra ningún nexo, al individuo le parecerá un rompecabezas y le provocará un resultado que no es de interés para este estudio. En cambio, si detecta el vínculo, puede que ese juego mental lo considere “especial” e inmediatamente, para "celebrar", segregue cierta cantidad de hormonas que le producirán una emoción placentera y que se manifestará exteriormente como risa o sonrisa. Esta es la definición -en nuestras palabras-, a la que llegó Rod A. Martin en su Psicología Integral del Humor (2008).
En nuestra Conjetura, a este proceso, desde la resolución del “acertijo” es lo que denominamos “cómico”. Y en consecuencia, a la emoción resultante la hemos llamado “placer cómico”.
Para muchos estudiosos, todo el proceso anterior corresponde a la definición de humor. Incluso otros califican como humor solo a la emoción placentera. En la Conjetura Humor Sapiens creemos necesario hacer una distinción entre ambos conceptos, con el único objetivo de ordenar, clarificar y simplificar.
A pesar de que lo cómico es un proceso individual decimos que sucede en un contexto pseudosocial, pues utiliza herramientas que evolutivamente se desarrollaron con un propósito social.
"Crear, pensar y vivir con humor".