Pelear y sonreír

Una de las hipótesis sobre el origen evolutivo de humor surge de estudiar la sonrisa y la risa en otros animales, especialmente primates. Observaciones de primatólogos revelan que muchos de nuestros parientes más cercanos utilizan una expresión facial que es similar a una sonrisa humana. Esa sonrisa aparece en extremas situaciones, como una señal de sumisión después de una pelea entre dos individuos. 

Un nuevo estudio, publicado en la revista Emotion, quería probar esto, al observar si las sonrisas son signos de presentación, y si las personas que no sonríen son más propensos a ganar peleas. Los investigadores encontraron una forma inteligente para poner a prueba esta hipótesis observando las expresiones faciales precompetitivas de los luchadores profesionales.

La idea detrás de este estudio es que las personas que sonríen más o lo hagan con mayor intensidad, son menos agresivos y también tienden a tener bajos niveles de testosterona. Los estudios demuestran que las personas de bajo estatus sonríen más que las personas de mayor estatus, y en general, la sonrisa es vista como un signo de apaciguamiento. 

Para probar esa hipótesis, los investigadores codificaron la intensidad de la sonrisa de 152 luchadores un día antes de su pelea. Las fotografías fueron tomadas durante la tradicional cara a cara entre los combatientes. 

Los resultados mostraron que los luchadores que muestran una sonrisa menos intensa ganaron más peleas. 

Tener una cara neutra aumenta las posibilidades de ganar una pelea, posiblemente debido a que el luchador se considera más dominante, mientras sonreía indica una falta de agresión. Un estudio de seguimiento confirmó lo anterior. 

Una conclusión de este estudio sería entonces: "si deseas ganar una pelea, no sonrías".

Pero Humor Sapiens propone otra: "sonrían todos los contendientes para que no existen más peleas".