Intelectual público de gran relieve, en sus novelas y ensayos llevó a cabo una radiografía despiadada, teñida de humor e ironía, tanto de su Inglaterra natal como de Estados Unidos, país al que se trasladó en 2011 fijando su residencia en el neoyorquino barrio de Brooklyn.
Polémica, a veces incómoda, indefectiblemente lúcida, su obra era el punto de encuentro de fuerzas contradictorias que se neutralizaban o fertilizaban entre sí. Su escritura, llena de logros memorables y algún defecto ocasional, era sobre todo un triunfo de la inteligencia. Sarcástico, satírico, con una carga de humanidad que a veces se permitía pequeñas dosis de ternura, Amis no eludía ningún tema, por polémico que fuera.
Una de sus mejores armas era el humor, indefectiblemente oscuro. Le gustaba decir que a la ficción no le quedaba más remedio que ser un género cómico, porque la vida que estaba encargada de reflejar era también algo cómico. Hizo suyo el lema del escritor australiano Clive James, para quien el sentido común y el sentido del humor eran lo mismo.
Desde aquí les enviamos nuestras buenas vibras a sus familiares y colegas.
"Crear, pensar y vivir con humor".