Homenaje póstumo: Joan Rivers de Estados Unidos

Enviado por Humor Sapiens el Lun, 08/09/2014 - 14:00
Joan Rivers

De nuevo el mundo del humor se enluta: falleció la reconocida comediante norteamericana, Joan Rivers.

Larga carrera en el arte, donde actuó, dirigió, animó, escribió para teatro, cine, televisión y hasta incursionó en libros de autoayuda. Una artista muy completa. Últimamente era famosísima por su programa “Fashion Police” en la televisión, donde lideraba un grupo de personas que se dedicaban a valorar, enjuiciar y criticar cómo se visten los artistas y personalidades que asisten a los grandes eventos, etc.

De ahí la conocimos nosotros. Lamentablemente, no sabemos nada de su humor en los varios programas de conversación que tuvo en la tele y en sus presentaciones en vivo en teatros y centros nocturnos, por lo que no podemos opinar sobre ello. Sólo podemos confesar que no nos gustaba nada su humor en el papel de árbitro de la moda. Y no sólo el humor no nos agradaba, sino el contenido del programa, porque no nos parece que sea relevante que enjuiciemos y critiquemos a alguien que se viste de una manera y otro de otra, y aquella se vea bien y el otro no, etc.. Por supuesto, todo cabe en este mundo y respetamos la libertad de expresión, de gustos y de pensamientos.

Pero analicemos el tipo de risa que se buscaba en ese programa (no sé si va a continuar). Allí se practicaba un humor burlesco, agresivo, especializándose en sarcasmos, que consideramos de mal gusto, ya que el resultado final conllevaba una emoción negativa en el criticado, en otras palabras, un daño.

Esa burla dañina no la aprobamos aunque se valore la capacidad de improvisación de esa comediante, sus pinceladas de ingenio y de gracia, que a veces tenía. Porque provocar risas a causa de burlas no es sano, aunque sea muy exitoso y popular. El gran escritor ruso, Nicolái Gógol, dijo: “Uno se puede reír de un alma torcida, pero no de una nariz torcida”.

Y eso de que Jean Rivers fuera famosa por ese programa y que tuviera tantos seguidores; es decir, suponemos que un gran público se reía de sus burlas, por eso es que continuaba en pantalla, no nos dice nada. Que las grandes masas se rían con un humorista no es garantía de que haga humor de calidad.

Fuimos testigos de actuaciones del Grupo La Seña del Humor en Cuba, donde presentaban siempre un repertorio de calidad, del llamado “humor inteligente”, pero a veces lo programaban en escenarios con otros grupos de pésima calidad y de un humor hasta vulgar y el mismo público reía con las dos propuestas.

Sin embargo, aunque no nos gustara su humor en ese programa, por la fama de comediante que tenía por su trabajo anterior, por dedicarse a hacer reír y por ser mujer (algo tan escaso entre los creadores de humor), le rendimos tributo.

Desde aquí enviamos nuestras buenas vibras a sus familiares y colegas.

 

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