Humor, risa y meditación

En una investigación realizada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Loma Linda, en California, se realizó el monitoreo de las ondas cerebrales de quienes contemplaron varios tipos de videoclips.

Fueron de tres variantes: humor, espirituales y perturbadores. De las 31 personas participantes en el estudio, los cerebros de quienes contemplaban los videos humorísticos tenían niveles más elevados de ondas similares a aquellas producidas durante una meditación. Con los videos espirituales, los cerebros examinados presentaron mayores niveles de ondas semejantes a las que aparecen durante el descanso. Los videos perturbadores generaron ondas cerebrales planas, parecidas a cuando no se desea estar en una situación determinada o cuando una persona se siente desapegada o no reacciona.

El humor asociado a la risa crea oscilaciones de las ondas cerebrales de gran amplitud. Es la única frecuencia encontrada en todas las partes del cerebro. Esto habla de cómo el buen humor y la risa provocan su participación total.

Con esta experiencia cerebral integradora se pone en evidencia que las ondas provocadas por el buen humor actúan de forma parecida a la meditación.

La meditación tiene una acción favorable sobre el estrés y reduce la presión arterial. El silencio mental por ella producido puede ser de inestimable ayuda contra la depresión y disminuye la tensión laboral.

Meditar, incluso a través de la risa y el buen humor, es de gran valor para quienes necesitan recomponer diferentes aspectos de sus vidas. Se sentirán satisfechos y mucho más centrados

Meditar ayuda a reordenar la mente y calmar la ansiedad. Por lo tanto, hay que evitar en lo posible situaciones mentales incómodas y tratar por todo los medios de vincularse con estados de buen humor y de risa frecuente.

El buen humor es uno de los rasgos inherentes al carácter de las personalidades triunfadoras, presente aun en las contrariedades de la vida diaria.