Investigación hecha por la Dra. Alice Isen y sus colegas de la Universidad de Maryland. Su experimento con los fue participantes fue relativamente sencillo. Les proyectó cinco minutos de material de archivo humorístico. Sólo tenía la intención de ponerlos en un buen estado de ánimo, esperando que se rieran.
Lo que sucedió después fue clave, ya que todos los participantes se les dio la tarea de hacer asociaciones semánticas. Les dieron tríadas de palabras como "compañero, zapatos, y meta”, y, a continuación se les entregó una lista con cientos de palabras y se les pidió identificar una o más palabras que unieran a las tres anteriores. Para este ejemplo, "correr" es un enlace común (compañero de fórmula, zapatos para correr, correr hasta la meta), pero en la lista además de correr, estaban seis palabras más que servían. A ellos se les dijo que los materiales no tenían nada que ver con el vídeo y que no eran más que la prueba piloto de un estudio separado.
Resulta que los participantes identificaron correctamente, en promedio, cinco de las siete palabras comunes a la triada. No está mal, sobre todo porque la tarea es conocida por ser excepcionalmente difícil.
Sin embargo, la comparación interesante llegó cuando estos resultados se contrastaron con los participantes independientes que no habían visto el vídeo de la comedia. Ellos encontraron, en promedio, solo dos palabras. Este estudio se realizó varias veces con parecido resultado
Es sorprendente que simplemente viendo una comedia se alcance esos beneficios del humor. Consumir humor es un ejercicio mental, y al igual que el ejercicio físico fortalece el cuerpo, el humor ejercita las neuronas.