Humores del Mundo - Mundo de los Humores - Inglaterra

Osvaldo Macedo de Sousa
Historiador, escritor, curador, promotor y especialista en humor gráfico.
Inglaterra

Los ingleses son un pueblo snob, imperialista (en alta estima por cuantos habitan más allá de las islas e incluso en los "otros" de las islas), fríos, incapaces de aceptar otras culturas como buenas, recreando, por tanto, por todas partes sus «islas», imponiendo su forma de ser y por supuesto, su sentido del humor.

El humor, o comedia, es universal, sin embargo, en el siglo XVIII/XIX fueron ellos quienes desarrollaron la conceptualidad de los humores. En el campo gráfico, William Hogarth fue sin duda uno de los pilares del caricaturista contemporáneo, asistido por Gillray; Cruikshank, Rowlandson… y en el siglo XX, Steadman, Scarfe, Searle… dejaron su huella en el humor internacional. En otras palabras, se impusieron como un pueblo que tiene sentido del humor. Pero, ¿qué es esto? Dicen que es el arte de tener la capacidad de reírse de uno mismo.

Los ingleses son conocidos por su humor en la autocrítica cómica y ningún tema es tabú para una buena broma, aunque pueda parecer descortés para los demás. Normalmente, para los del «continente», es un humor seco, sarcástico, macabro, oscuro, pero fundamentalmente absurdo, surrealista, donde el disparate es el rey. Los mayores iconos internacionales de este humor son los «Monty Pytton», «Mr. Bean», sin olvidar «Blackadder», «Allô, Allô», «Yes, Prime Minister»… en el ámbito televisivo, pero que pueden ser ejemplos para todas las demás artes de la creación humorística.

El inglés es el que siempre trata de mantener la imagen de calma. El rostro inexpresable, cuando hace humor, es una de sus armas. En la conversación sencilla, la ironía, el sarcasmo, el eufemismo, las bromas se intercalan con asuntos serios, lo que dificulta que los extraños perciban cuando son serios. Les encanta la excentricidad, la extravagancia, las incongruencias y que “aunque nunca mientan, no se les ocurre decir la verdad”. Como íconos gráficos de su estado de ánimo, tienen a la imperial «Britânia», al borracho «John Bull» y al grotesco «Punch», que significa «punch». Su humor es, por tanto, soberbio, borracho y de puño en el estómago, es decir, el famoso «humor negativo» que no busca la risa, sino la sonrisa maliciosa. Lo que dicen (o escriben) no siempre significa lo mismo, e incluso puede ser lo contrario, para enfatizar la idea o por humor… ¿quién sabe?

Una cosa es cierta, si todos pudiéramos tener “sentido del humor” (con más sol y risas), reírnos de nosotros mismos y de nuestros errores, la sociedad sería mucho mejor y más pacífica.

Humor absurdo

¿Es el humor cada vez más absurdo o es la sociedad la que prefiere caminar en el absurdo vivencial, vaciándose de lógica y racionalismo ético? ¿Todo vale ganar y divertirse, en una simbiosis de embriaguez alcohólica, herbolaria, monetaria, con la necesidad de conquistarlo todo antes del fin del día, antes del fin del mundo? En una de las tesis filosóficas sobre el humorismo, Emmanuel Kant sostiene: «el humor surge cuando la mente percibe un hecho anormal, inesperado o bizarro, cuando una incongruencia rompe con el orden normal de las cosas». En otras palabras, nace con el «sinsentido», cuando la construcción se ve interrumpida por el absurdo de la resolución final del pensamiento.

La subversión de la racionalidad no es en sí misma humorística, pero puede ser uno de los artificios de la construcción cómica, estrategia bien conocida en el humor judío y británico... así como en los movimientos artísticos del siglo XX, como el dadaísmo, Futurismo, Surrealismo... -moderno como expresiones de lo grotesco de la esencia del arte por el arte, como ironías creativas del ser "artista".

No se puede decir que el humor absurdo sea un logro de la modernidad, porque seguramente encontraremos obras/pensamientos absurdos en todo momento, pero desde que Lewis viajó con Alive to Wonderland, la fascinación por este universo paralelo se ha desarrollado. Que lo diga Duchamp, Buñuel. Beckett o los Monty Python.

Todos sabemos que el humor es un reflejo de las incongruencias de la vida humana y en tiempos de vaciamiento ideológico, de analfabetismo filosófico. De sobredosis de información anodina, es natural que el absurdo del humor se asiente en el humor absurdo de hoy. Hoy sabemos todo sin saber nada. Existimos, pero no tenemos tiempo para pensar. La vida, que es un relato imparable, se obliga a sintetizarse en palabras abreviadas o símbolos en sms opinantes. Se tuitean absurdos momentáneos. Ridiculez llamadas idioteces cómicas. Somos apariciones en Facebook y narcisismos. Charlamos con chistes y «fake news» anecdóticos porque la vida son tres días... y así vivimos en el absurdo mundo contemporáneo, donde es difícil ser original ya que youtube mezcla la locura con la comedia, el sadismo con la ironía... Ser ilógico, vivir en el eterno entretenimiento jocoso es estar constantemente en escena en el día a día milenario de la comedia stand-up.

En medio de este tsunami de bromistas que invadió la sociedad y los medios, de animadores adictos a los Likes, ¿podemos desentrañar qué es el humor y qué es el ridículo? ¿Podemos realmente alcanzar el nivel de complicidad en el humor? ¿Podemos sobrevivir en el planeta con solo los objetos improbables de tonterías tecnológicas? ¿Tiene sentido la vida, como la describen las comedias?

La velocidad del cambio en la sociedad contemporánea, donde la adolescencia solo termina a mediados de los años treinta, donde los trabajos casi siempre son temporales, donde cuando compras un aparato electrónico ya está desfasado y anticuado… es natural que el humor absurdo sea lo lógico. reflejo del absurdo del humor. Puede que muramos, pero nos divertimos mucho...

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Copyright © Osvaldo Macedo de Sousa. Publicado en Humor Sapiens con el permiso de su autor. Reservados todos los derechos.