Investigaciones científicas

Buen humor y éxito reproductivo

Pese a las guerras, hambruna, colapso económico y tragedias personales, la mayoría de los seres humanos se siente feliz casi todo el tiempo, según han demostrado extensos estudios durante las últimas dos décadas. De hecho, la gente parece tener “puntos de ajuste de felicidad” a los que vuelve incluso después de las perturbaciones más extremas, dice un equipo de investigadores encabezado por Ed Diener, de la Organización Gallup.

Tu humor según fecha de nacimiento

La estación del año en que venimos al mundo afecta al humor que uno tendrá durante su vida, según revela un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Semmelweis de Budapest. Los niños nacidos en verano sufrirán vaivenes del humor durante su vida, mientras que los que nacieron en invierno probablemente no serán personas irritables, afirman los autores de la investigación, citados por The Telegraph.

Creatividad y humor

Los autores de esta investigación mandaron la tarea de inventarle un título divertido a una caricatura sin título de The New Yorker. Ciento cincuenta y nueve personas (93 mujeres, 66 hombres) participaron en el estudio. Jueces independientes calificaron esos títulos por su nivel de comicidad. Además, los sujetos también vieron unas 30 caricaturas originales de The New Yorker y tuvieron que clasificarlas en cuán divertidas pensaban que eran. Los participantes también completaron una prueba estándar de personalidad.

Caminar vs. humor

Nuestro estado de ánimo puede afectar la forma en que caminamos: llevamos los hombros caídos si estamos tristes o avanzamos dando saltitos si estamos felices.  Ahora, un equipo de investigadores de Canadá ha demostrado que esto también funciona a la inversa, es decir, que si caminamos como si nos sintiéramos felices o tristes podemos influir sobre nuestro estado de ánimo en uno u otro sentido.

Pelear y sonreír

Una de las hipótesis sobre el origen evolutivo de humor surge de estudiar la sonrisa y la risa en otros animales, especialmente primates. Observaciones de primatólogos revelan que muchos de nuestros parientes más cercanos utilizan una expresión facial que es similar a una sonrisa humana. Esa sonrisa aparece en extremas situaciones, como una señal de sumisión después de una pelea entre dos individuos. 

Humor y relaciones amorosas

En una universidad norteamericana se reclutaron 136 estudiantes universitarios (35 hombres, 101 mujeres) que se encontraban en una relación durante un promedio de 19 meses, para un estudio.

Los investigadores dieron seguimiento a los estudiantes durante tres semanas, tiempo durante el cual los participantes completaron un diario informes cómo utilizan el humor con sus parejas y si eran son o no felices en su relación. 

Resultados:

Estudio de la risa conversacional

Robert Provine, profesor de psicología y ayudante de dirección del programa de neurociencia de la Universidad de Maryland, E.U.,? buscó adoptar una «táctica naturalista y descriptiva» para revelar los disparadores subconscientes y las raíces instintivas de la risa. Inicialmente observó a sujetos en su laboratorio, pero encontró que la risa era demasiado frágil, ilusoria y variable bajo escrutinio directo. Por ello, decidió observar la aparición de risa natural y espontánea en la vida diaria.

Alcohol y risa

Bien es sabido en la cultura popular que las personas ebrias suelen reírse mucho. No obstante, se realizó un experimento científico para comprobarlo. Psicólogos británicos de la Universidad de Hull les dijeron a 48 voluntarios que se tomasen una bebida alcohólica o una gaseosa, a partes iguales, para posteriormente ver una película cómica. En los resultados se apreció que los que tomaron la bebida alcohólica rieron más que los otros.

Ubicación anatómica del sentido del humor

Según científicos de la Universidad de California, el sentido del humor está en la circunvolución frontal superior izquierda del cerebro, en el área motora.

El estudio se le realizó al cerebro de una adolescente de 16 años, mientras hacía diferentes tareas. Si la estimulación era suave, la chica sonreía, si aumentaba, estallaba en risas. Ella lo atribuyó a la foto de un caballo, a un párrafo que estaba leyendo, o a la presencia de los investigadores.

En esta zona también reside la creatividad y la capacidad para pensar en el futuro y la moral.