Entrevistas a humoristas

Entrevista a Carlos Ruiz de la Tejera

PP: ¿Le gusta que le hagan entrevistas?

CARLOS RUIZ: Me encanta que me entrevisten, sobre todo si el entrevistador tiene algo inteligente que preguntar.

 

PP: En este año 2014, ¿cómo ve el estado del humor en el país donde vive, en televisión, radio, teatro, literatura y gráfica?

CARLOS RUIZ: En este año, como todos los años, incluyendo en el cual tú surgiste, el humor está muy saludable, pero tú mezclas los medios con el estado del humor y como bien sabes, los medios ahogan a los mejores talentos. No por gusto Les Luthiers, Enrique Pinti, etc. se niegan a trabajar directamente en la televisión, cosa que sin dudas debes saber.​

 

PP: En varios países de América Latina se dice: "Mi país es un pueblo de humoristas", "en mi país, tú mueves una piedra y sale un humorista", etc. ¿En el país donde vive se dice lo mismo?

CARLOS RUIZ: Exactamente, todos venimos de la Madre Patria y tenemos las mismas raíces. No por gusto existió Quevedo, Lope de Vega, Garcilaso, etc.​.

 

PP: ¿Es verdad la acuñada frase: "Es más fácil hacer llorar que hacer reír?

CARLOS RUIZ: Las dos cosas son difíciles. Hacer llorar es llegar a lo más sensible del alma humana, enfrentándola a las verdades que cotidianamente las mentiras tapan y hacer reír, pero que la gente ría y piensen también es difícil y tú lo sabes.​

 

PP: ¿Cuándo decidió hacerse humorista?

CARLOS RUIZ: Después de hacer muchas comedias, dramas y tragedias en el teatro, me di cuenta que si dedicaba todo lo aprendido a la realización de monólogos y canciones satíricas podía buscar la manera más fácil de comunicarme con el público, cosa que sucedió y así me lo comunicó nuestro gran Nicolás Guillén, quien me hizo ver que en mi contexto había creado un estilo nuevo. Mis primeros discos fueron presentados por él, a petición suya. Eso comenzó a suceder en el año 1976, hasta ese momento yo solo hacía teatro y recitales musicalizados con jóvenes trovadores.​

 

PP: ¿El humorista nace o se hace?

CARLOS RUIZ: Se nace humorista. La cultura, las técnicas teatrales, el rigor, la disciplina del artista hace que pueda elaborar como un escultor el tipo de humor que pretenda hacer, que por supuesto lleva implícito la comunicación.​

 

PP: ¿Cuál ha sido el mejor y el peor momento de su carrera hasta el día de hoy?

CARLOS RUIZ: ​Aparte del gran amor que el pueblo de Cuba me demuestra tanto aquí como en el extranjero, creo que artísticamente lograr hacer un Moliere en París con el éxito artístico y económico que tuvo fue un triunfo no solo para mí, sino para el humor cubano. El peor momento fue cuando estuve paralizado dos meses en el Hospital Ortopédico por un problema en la columna vertebral que gracias al desarrollo ortopédico del país, al amor de mis amigos y la presión del pueblo, vencí. Pero tuve que aprender a volver a caminar, a correr y a brincar, cosa que sigo haciendo en la calle y en el escenario.

 

PP: Como profesional del humor, ¿se ríe fácil? ¿Con qué tipo de chistes?

CARLOS RUIZ: No, no me río fácil. Tengo una tendencia al surrealismo. No sé si te acuerdas de Jacques Tati en las Vacaciones de Mesié Hulot, así mismo a Pierre Etaix, a quien tuve la suerte de presentar en Cuba a sus 84 años en el Festival de Cine Francés de 2013. Asimismo me gusta el humor de Les Luthiers, el de Enrique Pinti, las caracterizaciones femeninas de Antonio Gasalla y las presentaciones que hicieron en Cuba para orgullo de Matanzas aquel grupo que hizo historia, La Seña del Humor.

 

PP: ¿Alguna anécdota relacionada con su profesión?

CARLOS RUIZ: Esta te la debo, pues tengo que pensarla, ya que son muchas.​

 

PP: ¿Con cuáles colegas se identifica?

CARLOS RUIZ: Me identifico en este momento con Osvaldo Doimeadios, con Rigoberto Ferrera, con Octavio Rodríguez (Churrisco), con Luis Silva, con Alejandro García y con Pepe Pelayo.​

 

PP: ¿Qué me aconsejaría a mí como humorista?

CARLOS RUIZ: Partir siempre de la verdad, ya que como se dicen tantas mentiras, decir la verdad provoca risa. La forma de hacerlo depende del creador. Darío Fo, Premio Nobel de Literatura en su Misterio Bufo desenmascaró a la alta jerarquía eclesiástica católica. Tuvimos la suerte de verlo en Cuba con su esposa.​