Entrevistas a humoristas

Entrevista a Sépi

PP: ¿Le gusta que le hagan entrevistas?

SÉPI: A decir verdad, siempre me han gustado las entrevistas. Pero aquellas que les hacen a personas que, de una manera personal, nos han dado alegrías con sus creaciones. Entrevistas a Borges, a Cortázar, en el ámbito cultural de las letras (por nombrar sólo a dos de tantos); o las muchas entrevistas que he leído sobre Quino, Mordillo, Sempé, y tantos otros grandes que practican el arte del humor gráfico, siempre sirven cuando uno elige, como en mi caso, dedicarse a esta profesión de hacer reír. Se aprende mucho, gratifica. Es un bálsamo que aporta un grano de arena en este mundo desértico.

 

PP: En este año 2014, ¿cómo ve el estado del humor en el país donde vive, en televisión, radio, teatro, literatura y gráfica?

SÉPI: En la Argentina, tan solo puedo detenerme a comentar sobre aquellos temas que frecuento. Lo cierto, es que no escucho radio ni miro televisión (son propenso a ver películas, eso sì, y pueden ser desde comedias hasta de acción, o aquellas que puedan aportarme un buen mensaje). En cuanto a literatura, me gusta màs aquellas que son serias, por llamarla de algún modo. Oscar Wilde en el Fantasma de Canterville o Garcìa Màrquez en El coronel no tiene quién le escriba, por dar un ejemplo, suelen practicar algo de humor. Dirìa que hasta El Extranjero de Albert Camus posee una cuota de humor, algo àcido, tal vez, pero lo practica. En la gràfica, puedo confesar que sì soy un adicto a bucear en los trabajos de mis colegas, tanto en mi país como en todas partes del mundo. Aprendo mucho mirando a los demás. Y puedo afirmar que hoy en dìa son muchos los que practican el humor, y eso me parece extraordinario. El humor en mi país siempre ha sido autocrìtico. Solemos reírnos de todo aquello que no sale como uno pretende. En La Argentina, nacieron revistas de humor que marcaron la época que se estaba viviendo; época de censura y perseguimiento a los artistas que veìan las cosas de una manera distinta. Hoy en dìa, se practica algo asì, pero en menor escala.

 

PP: En todos los países de América Latina se dice: "Mi país es un pueblo de humoristas", "en mi país, tú mueves una piedra y sale un humorista", etc. ¿En el país donde vive se dice lo mismo?

SÉPI: La Argentina cuenta con muchos autores reconocidos, tanto dentro del país como fuera. Digamos que hay una escuela en cuanto a este oficio o arte. Pero no creo que moviendo una piedra pueda salir un humorista. Si creo que pueda salir una lombriz o un gusano de tierra.

 

PP: ¿Es verdad la acuñada frase: "Es más fácil hacer llorar que hacer reír?

SÉPI: Entiendo que todo se debe a una costumbre que se practica desde el nacimiento del hombre. Cuando uno nace, lo hace de una manera violenta. Uno està en el paraíso, dentro del vientre de la madre, navegando en aguas placenteras, protegido y de repente aparece un “alguien” y nos saca a este mundo. Entonces vemos su rostro empapado en sudor, con manos de hule blanco que nos quiere sacar de nuestro paraíso y no conforme con esto, nos da un chirlo en las nalgas para que larguemos el llanto. Y lo hacemos, claro. A medida que vamos creciendo, por cada problema que surcamos, yo creo que recordamos esa fea cara que nos trajo a este feo mundo y entonces lloramos. El arte de reír, cada dìa, no falsamente sino espontáneamente, nos va cambiando esa realidad. En mi propósito personal, está justamente intentar sacar una sonrisa en aquellos a quienes más le cuesta. La vida con una sonrisa es diferente y hace diferente el dìa a quienes encontramos a lo largo del camino. No la estupidez de reír por nada, sino de sentirnos alegres.

 

PP: ¿Cuándo decidió hacerse humorista?

SÉPI: Mi padre practico el humor gráfico cuando era joven y hasta llegó a publicar sus dibujos en la reconocida revista de Landrù: Tìa Vicenta. En mi casa, siempre había una revista de humor, o de historietas. Yo creo que desde muy chico supe que quería ser dibujante de humor. A pesar de que ejercí otras profesiones como la de periodista o escritor, siempre estuvo en mi corazón el humor gráfico.

 

PP: ¿El humorista nace o se hace?

SÉPI: El arte de hacer humor gráfico se aprende copiando a los maestros que desde hace años practican el oficio. Es algo que se aprende copiando. Desde la técnica al modo de pensar el humor. Tanto el humor mudo (sin palabras) como el que contiene texto, es un ejercicio. Uno aprende a hacer humor. Muchos jóvenes que me preguntan sobre este oficio, creen que para hacer humor es necesario saber dibujar. Eso es falso. Lo importante es poder plasmar la idea y que se entienda lo que uno intentó decir. El dibujo se madura, se ejercita. Artistas como Mordillo, Quino, Claire Bretècher, Oski (y hasta yo mismo) a veces calcamos nuestros dibujos para que logren quedar como realmente queremos. Bocetar diariamente, dibujar con cualquier cosa que tengamos a mano, eso hace que la mano se “suelte” como decìmos los que solemos dibujar. Es la práctica, el dibujar todos los días.

 

PP: ¿Cuál ha sido el mejor y el peor momento de su carrera hasta el día de hoy?

SÉPI: Cuando uno ama lo que hace, no hay momento bueno a malo. Puede existir màs reconocimiento o menos, pero si uno ama lo que ejerce, lo que cree que es su don o su amor hacia algo (cualquiera sea ese algo), entonces el panorama siempre es bueno. Lo malo de una carrera, es cuando uno pretende éxito. Y el éxito sólo existe en ponerse dìa a dìa el propósito de superarse a sì mismo.

 

PP: Como profesional del humor, ¿se ríe fácil? ¿Con qué tipo de chistes?

SÉPI: Al estar tantos años en este oficio (empecé a los 15 y hoy rodamos los 50, al menos hasta agosto de este año) suelo esbozar una sonrisa. Miro todo el contenido, lo analizo; puedo decir está muy bueno o no. Pero a veces suelo reírme con aquellos que tienen texto. Me gusta mucho el humor que me sorprende.

 

PP: ¿Alguna anécdota relacionada con su profesión?

SÉPI: Lo mejor que me ha pasado en mi carrera, fue haber conocido a Quino. He conocido a muchos otros grandes que me aconsejaron, pero el nacimiento de mi estilo y mi forma de hacer humor, se lo debo a Quino. Siempre cuento sobre aquel dìa en que fui con mi familia a la Feria del Libro que se hace en Buenos Aires y donde estaba invitado el Maestro Quino. Tuve el caradurismo de juntar unos 30 dibujos mìos sin texto y los puse en un sobre. Mi intención era dejárselos al Maestro para que los viera. De hecho, luego de frecuentar una inmensa fila que duró sus buenas horas, llegué por fin a estar cara a cara con Quino. Le dije que admiraba mucho su trabajo y que si me lo permitìa, le dejaba unos dibujos míos para que los viera. En el sobre figuraba mi nombre y el número de teléfono. Algunos días después, para mi sorpresa, Quino llamó a mi casa en un momento que yo no estaba y dejó un mensaje. Su voz era de un hombre muy enojado. Por la tarde, volvió a llamarme. Yo atendí, pero nunca imaginé que el propio Quino iba a molestarse en llamarme. Fue entonces cuando recibí el reto de mi vida. En esos momentos, yo copiaba a un humorista francés llamado Bosc, del cuál Quino era admirador. Y entonces me dijo que no entendía lo que yo estaba haciendo. No entendía que yo estuviera calcando los dibujos de otro, cuando seguramente yo tenía mi propio estilo. "¿Entiende lo que le digo?", me dijo. Pero a pesar de haber dicho que sí (lo entendí algún día después) yo todavía estaba flotando por el sólo hecho de haber sido llamado por Quino. Uno aprende copiando, pero es bueno soltar al Maestro. Un buen discípulo es aquél que deja a su Maestro…

 

PP: ¿Con cuáles colegas se identifica?

SÉPI: Bueno, me identifico con todos aquellos que practican el humor gráfico. Admiro sí, mucho a Quino, Mordillo, Sempè, Bosc, Oski, Copi y tantos otros que no entrarían acá.

 

PP: ¿Qué me aconsejaría a mí como humorista?

SÉPI: No importa a qué te dediques en tu vida. Seas taxista, sacerdote, cantante, bailarìn, cheff o humorista gráfico, sólo has bien las cosas. El éxito de tu vida, depende de lo bien que la vivas junto a tus semejantes. Y no te olvides de sonreír. La risa es salud. Y esto es cierto. Pregunta a los niños. Ellos ríen más de lo que lloran.

Entrevista a Sépi · Humor gráfico
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